Para tu tiempo estival (II)
Lluvia negra
Lluvia negra
(
黒い雨
Kuroi
ame
) es un libro que ha tomarse entre las manos con delicadeza y un respeto
reverencial. Los hechos que muestra, siendo verídicos aunque novelados,
desprenden a nuestros ojos una intensa sensación de irrealidad. Es tal el horror
que subyace a los acontecimientos que siguieron al lanzamiento de una bomba
atómica en Hiroshima, que el lector abre las páginas iniciales de esta novela
con cierto temor a sucumbir emocionalmente. Sin embargo, Lluvia negra es
un grueso volumen que ha sido escrito con el alma purificada después la
increíble consternación y abatimiento que envolvió a las víctimas del bombardeo.
Estremece el contenido de cada página que describe, a la manera de un diario
negro, el lugar devastado infernalmente y la crueldad que se cernió en un
instante sobrecogedor sobre las personas que lo habitaban; pero conmueve,
asimismo, el espíritu de supervivencia física y moral, la actitud sobria y
desprendida de todos aquellos que se vieron involucrados en el suceso inaudito.
Lluvia negra no se complace al mostrar el espanto o las heridas; es un
relato que quiere servir a la veracidad, pero que incide mucho más en los
aspectos humanos, en la sencillez esencial del alma japonesa. Sus personajes se
nos hacen familiares, afectuosos y sensatos, lo que resulta asombroso en un
entorno apocalíptico. Ibuse Masuji, su autor, entremezcla una labor documental y
literaria en un estilo lleno de simplicidad, humor tierno y minuciosidad
descriptiva. La manera japonesa de narrar suele inclinarse por la contención
verbal, la lectura emocional de cada personaje y la exquisitez con que ciertos
detalles reveladores son esparcidos a lo largo de una escritura en la que lo
objetivo y lo subjetivo, el creador y lo creado se embeben mutuamente.
Una vez finalizada Lluvia negra, sentimos el pulso de la vida de una forma renovada; su sabiduría amarga es esa otra lluvia, añorada, que nos cala en esas ocasiones en que obtenemos el privilegio de leer una narración rebosante de hermosura. En palabras de Kawabata: lo bello y lo triste.
(Texto: Joaquín Rodero)
Natsu no hana: Flores de verano
kurumayuri (Lilium medeoloides)
fotografía: k. kawabe (Nagano-Shigakougen)